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Comentarios
Y si comes fuera (en un restaurante) ya tiene que saber mas o menos lo que puede comer de cantidad, que lleva 4 años viendo la comida en el plato, vamos que ciego no es, y se puede ir en media ración pero no mas, vamos que lo de calcular las raciones no es tan difícil hacerlo a ojo.
y aun con todo hubiera sido preferible que ese dia estuviera un poco alto pq se ha comido una ración mas a impedir que no fuera a la excursión.
yo lo veo desde el punto de vista de una diabético claro esta, pero tb soy madre y desde luego en cuento mi hijo sea un poco mas mayor, yo calculo que los 5-6 años le explicare el funcionamiento de todo y le dejare ponerse el la insulina, con mi supervisión claro esto, pero que lo maneje el.
si con menos de 2 años ya me da el dedo para mirarle el azúcar con 5 ya será mas que consciente de lo que le pasa y es ir explicándole poco a poco.
El mejor regalo que le puedes dar a tu hijo es la libertad de gestionar su vida sin depender de ti, que ya se que os da miedo dejar a vuestro hijo con la insulina a en la mano, pero no son tontos lo que son es comodones y mientras no les dejas la responsabilidad ellos no la toman.
En 6 años he tenido descuidos a la horas de ponerme la insulina, e incluso olvidarme de ponérmela, y soy mayorcita, por eso comprendo a estos padres que les cuesta y se preocupan tanto, con razón.
Si yo me olvido de ponerme la insulina, imagínense una criatura que solo piensa en jugar, ha de estar una persona adulta, pendiente de él. Es normal preocuparse.
Hay que tener paciencia, y poco a poco pichusky, tu hijo, como todos, se acostumbrará.
Saludos, y mil ánimos.
http://www.adc.cat/es-not-327.htm .
Acompañamientos escolares: las cosas claras. Llamamiento a la cordura y a la responsabilidad
22 de mayo de 2015
Girona
A veces, las cosas en lugar de ir hacia adelante van hacia atrás. La ADC no puede permitir una práctica que se está produciendo de forma un poco encubierta en determinadas escuelas de nuestro país, y ante algunas consultas recibidas nos vemos en la obligación de intentar clarificar la situación, para nuestros asociados, familiares y población en general y al mismo tiempo hacer la máxima difusión posible, incluyendo las redes sociales.
Aunque tendría que hacerlo, la normativa legal no lo puede regular todo y los protocolos más genéricos no dan respuesta a toda la casuística que se plantea hoy en día.
En el pleno deseo que los niños y niñas con diabetes estén plenamente integrados y no se vean nunca discriminados, se ha logrado que puedan hacer las mismas actividades que sus compañeros y compañeras en la escuela, y únicamente hasta que consigan ser autosuficientes con el manejo de la enfermedad, cuando se hacen excursiones, colonias, salidas culturales, etc. van acompañados por los llamados “monitores” que en definitiva hay que entenderlos como persones adultas con algo más de cordura y que pueden echar una mano en el adecuado control de la diabetes de los niños o preadolescentes.
La premisa que tenemos que tener clara es que quién decide o no la presencia y necesidad de estas personas, es la ESCUELA. Si el centro educativo previamente informado (mejor por escrito y con la debida planificación) a parte de los maestros, considera aconsejable que un acompañante apoye en el control del menor con diabetes, tiene la potestad de elegirla o de buscarla pero siempre BAJO SU RESPONSABILIDAD y con la obligación de dejar claras sus atribuciones, y de dejar plenamente pactadas las condiciones, incluidas las retributivas de este personal.
Dado de paso y sin querer imponer nada a nadie, pues no hay casos iguales, los pares-madres-tutores legales de niños y niñas con diabetes, dentro de lo posible, tendrían que desestimar la pretensión o petición de ir ellos, pues no es ni exigible, ni probablemente beneficioso para el menor de cara a su total integración.
Ante esto, la retribución de los mencionados “monitores” por lo que ha llegado a conocimiento de ADC, se nutría de fondo del Departamento de Educación, de ayudas y convocatorias diversas e incluso en algunos casos de las AMPAS, pero, y aquí es donde queríamos llegar, ahora se pretende que por EXCUSAS DIVERSAS (no hay dinero por la crisis, no han llegado las ayudas, son muy caros…), los padres de los menores asuman el pago de estos IMPORTES, con la “prometida” que les serán devueltos y ¡Esto ES INADMISIBLE E INACEPTABLE bajo ningún concepto!
Desde la ADC creemos que tenemos que hacer un LLAMAMIENTO a los padres y gente interesada a que no se dejen engatusar… Es plenamente comprensible y prioritario que ningún niño o niña se quede sin hacer la actividad, pero esto no quiere decir CEDER en el aspecto de retribución de este personal, que tiene que ser remunerado por el que decide que su presencia es necesaria.
Con esta cuestión previa más clarificada, ya no tenemos que entrar en otras posibles dudas que la ambigüedad puede generar, como pueden ser:
¿Qué pasar si el “monitor” tiene un accidente?
¿Qué calificación tiene que tener?
¿Tiene que estar asegurado? Y en este caso ¿por quién?
¿Se le pueden pedir responsabilidades por mala praxis?
¿Sirven de algo desde el punto de vista legal los documentos que se pueden hacer firmar eximiendo de responsabilidades al propio monitor y/o en la escuela?
No se pretende ni mucho menos, más bien al contrario, crear alarmismo, sino que todo el mundo asuma su RESPONSABILIDAD y rehuir prácticas abusivas.
Fdo: Jaume Oriell i Corominas
Diabético Tipo I y Abogado
Miembro del Consejo Asesor sobre la Diabetes en Cataluña en representación y defensa de la Asociación de Diabéticos de Cataluña.
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