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Señor Ministro:
Le llamo así porque eso es lo que es: un político; un ministro que nada tiene que ver con lo que nos vendió.
Usted está ahí arriba, Sr. Bernat Soria. Ha subido gracias a la lucha de mucha gente, diabéticos y familiares de diabéticos que creyeron en usted y en su promesa de curar la diabetes con células madre. Esa gente, que se ha dejado la piel en manifestaciones, recogidas de firmas, pateos incansables de despachos, convenciendo, apoyando, pidiendo, exigiendo que se le dejase investigar...
Y esa gente consiguió que usted, bandera de la lucha contra esta puñetera enfermedad, ondease en lo más alto, y se le facilitasen medios, y se le allanasen terrenos...
Y esa gente se alegró cuando le nombraron Ministro, pensando que ahora era usted quien podía tirar del carro y por fin ayudar a los diabéticos...
Esa gente pasó de la alegría a la expectación; de la expectación a la comprensión; de la comprensión a la paciencia; de la paciencia al escepticismo; del escepticismo a la incredulidad y, finalmente, de la incredulidad a la decepción...
Usted nos ha vendido, Sr. Bernat Soria. Usted se ha apoyado en nosotros para trepar y, una vez arriba, nos ha olvidado.
Hemos sido sus Kleenex, que se usan y se tiran.
Ahora sale en la tele a hablar del Alzheimer (y hace bien), de la píldora del día después (y hace bien) o de mil temas (y hace bien)...
Pero se ha olvidado de los diabéticos. Se ha olvidado de quienes creyeron en usted, de quienes lucharon por usted, de quienes confiaron en usted...
Nos ha vendido, Sr. Bernat Soria, como un Judas, no por 30 monedas, sino por un sillón. Espero que sea confortable el sillón, Sr. Bernat Soria, porque lo ha pagado traicionando, y eso tiene un nombre.
Lástima que el desagradecimiento no esté penado más que por la conciencia. ¿Tiene usted conciencia, Sr. Bernat Soria?
Vaya, Señor Ministro, vaya a ver a esa gente que tanto luchó por usted y explíqueles por qué el sillón vale más que ellos.
Le llamo así porque eso es lo que es: un político; un ministro que nada tiene que ver con lo que nos vendió.
Usted está ahí arriba, Sr. Bernat Soria. Ha subido gracias a la lucha de mucha gente, diabéticos y familiares de diabéticos que creyeron en usted y en su promesa de curar la diabetes con células madre. Esa gente, que se ha dejado la piel en manifestaciones, recogidas de firmas, pateos incansables de despachos, convenciendo, apoyando, pidiendo, exigiendo que se le dejase investigar...
Y esa gente consiguió que usted, bandera de la lucha contra esta puñetera enfermedad, ondease en lo más alto, y se le facilitasen medios, y se le allanasen terrenos...
Y esa gente se alegró cuando le nombraron Ministro, pensando que ahora era usted quien podía tirar del carro y por fin ayudar a los diabéticos...
Esa gente pasó de la alegría a la expectación; de la expectación a la comprensión; de la comprensión a la paciencia; de la paciencia al escepticismo; del escepticismo a la incredulidad y, finalmente, de la incredulidad a la decepción...
Usted nos ha vendido, Sr. Bernat Soria. Usted se ha apoyado en nosotros para trepar y, una vez arriba, nos ha olvidado.
Hemos sido sus Kleenex, que se usan y se tiran.
Ahora sale en la tele a hablar del Alzheimer (y hace bien), de la píldora del día después (y hace bien) o de mil temas (y hace bien)...
Pero se ha olvidado de los diabéticos. Se ha olvidado de quienes creyeron en usted, de quienes lucharon por usted, de quienes confiaron en usted...
Nos ha vendido, Sr. Bernat Soria, como un Judas, no por 30 monedas, sino por un sillón. Espero que sea confortable el sillón, Sr. Bernat Soria, porque lo ha pagado traicionando, y eso tiene un nombre.
Lástima que el desagradecimiento no esté penado más que por la conciencia. ¿Tiene usted conciencia, Sr. Bernat Soria?
Vaya, Señor Ministro, vaya a ver a esa gente que tanto luchó por usted y explíqueles por qué el sillón vale más que ellos.
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Comentarios
En una exacta foto del diario,
señor ministro del imposible,
Vi en plena risa y en plena euforia
y en pleno gozo su rostro simple.
Seré curiosa, señor ministro,
¿De qué se ríe?
¿De qué se ríe?
... y acababa
Después de todo usted es el palo mayor
de un barco que se va a pique.
Por eso digo, señor ministro,
¿De qué se ríe?
¿De qué se ríe?
Seré curiosa, señor ministro,
¿De qué se ríe?
El año pasado acudí al congreso FED, el susodicho abría el congreso...yo llegué 10 minutos tarde y ya no quedaban ni los fotógrafos.
En Valencia lo conocemos bien, se le dió el primer premio Expectativas de la Asociación. En aquel momento las cumplía...hoy ha superado todas mis previsiones...es un político, con todas las letras....científico dejó de serlo hace más de 5 años.
El día que Enrique Roche le de por publicar sus memorias de los años que compartió con este personaje. :-/
She is on my mind
DM1 desde 2004
ISCI Medtronic Minimed
Cuando empeze a investigar sobre esta enfermedad, me tope con noticias sobre Soria que me hicieron ilusionarme pensando en un futuro cercano que ayudase a Maria.
Cuando se vino a Isla Cartuja a investigar, mi ilusion crecio mas.
Cuando lo nombraron Ministro, ni te cuento mi alegria.
Ahora que lo escucho hablando de que se esta haciendo esto o lo otro, no oigo la palabra diabetes por ningun lado.
Aun asi tengo esperanzas en que algun dia que se le acabe este trabajillo, vuelva a lo suyo, en lo que es bueno, y nos de una alegria a todos.
No perdamos la esperanza.
Hace tiempo, cuando aún creía en él, una persona muy implicada en el tema de la diabetes me dijo de él "los demás son los que ponen el huevo, pero a él le gusta cacarearlo :? ". El tiempo me ha demostrado que tenía razón...