mis vacas

Juan Luis

Como estoy ocioso os voy a contar, en capítulos, nuestras vacaciones.
Para el viaje al camping (hora y pico) habíamos puesto un disco de Aute, el “entre amigos” de Aute de los primeros 80 que los de mi quinta tanto oímos; Así que mientras me relajaba de la tensión de llenar el coche hasta el último centímetro cúbico iba oyendo las canciones y las conversaciones de la familia ...
Fue en ese cine, ¿te acuerdas?,
en una mañana al este de Edén,
James Dean tiraba piedras
a una casa blanca, entonces te besé.

Mi suegra, que se quedaba a mitad de camino, en Torrejoncillos, a pasar unos días con unas amigas, contaba las rencillas familiares con sus hermanas, sobrinas ... vamos, sus historias de siempre ...

Aquélla fue la primera vez,
tus labios parecían de papel,
y a la salida en la puerta
nos pidió un triste inspector nuestros carnets.

Y Dana expresaba su ilusión por ver a los conocidos del camping, que si Aitor, que si Gaby, que si Sandra, que si Ivan ... todos ellos magníficos, como no, a esas edades, lo de siempre ..

Luego volví a la academia
para no faltar a clase de francés,
tú me esperaste hora y media
en esta misma mesa, yo me retrasé.

Y Montse, les seguía el juego, a la primera dándole la razón en todo, como le he dicho que hay que hacer siempre con nuestros mayores, y a la segunda poniéndole los pies en la tierra, y con el ojo que no necesita para conducir mirando a Ángela, también como siempre ...

¿Quieres helado de fresa
o prefieres que te pida ya el café?.
Cuéntame como te encuentras,
aunque sé que me responderás: muy bien.
Ten, esta foto es muy fea,
el más pequeño acababa de nacer.

Y Ángela, claro, “Mama, ¿Como he estado esta noche?”, “Bien, 112 a las 3, y 88 a las 8, muy bien, perfecto” ... si, también como siempre ...

Oiga, me trae la cuenta,
calla, que fui yo quien te invitó a comer.
No te demores, no sea
que no llegues a la hora al almacén;
llámame el día que puedas,
date prisa que ya son las cuatro y diez.

Juan Luis

El acontecimiento jueguil del verano ha sido ... tachan, ¡¡¡¡el rápido!!!

Esto es un juego de cartas ideado por algún niño de 10 o 12 años con el único fin de humillar a sus padres. Las normas son sencillas, incluso he encontrado en la red una versión para ordenador, y gana el que sea más rápido mirando y colocando las cartas. Es decir, que tienes que colocar las cartas que te dan, ir robando, y si colocas todas las tuyas das un golpe con la mano en el montón que menos cartas tenga, porque se trata de quedarte sin cartas. Un ejemplo, te dan lar cartas, las miras, y empiezas a, plafff .... no, ya se ha acabado, Ángela ya ha mirado las suyas, las ha colocado toditas y ha dado el correspondiente golpe con la mano en el montón de cartas que le interesa. Vale, repetimos, te dan las cartas, a velocidad de vértigo las miras y empiezas a colocarlas, Ángela lleva ya un rato colocando las suyas, pero resulta que esta vez no puede colocar todas, bien, te lo tomas con tranquilidad, sigues colocando las tuyas, plafff .... diosss, al colocar una de las tuyas Ángela ha podido colocar las suyas y ha dado el golpe sobre el montón bueno .... repetimos, te dan las cartas, las miras rezando que Ángela no pueda colocar, plafff .... repetimos, te dan las cartas ..... (no hay plafff) .... las miras .... (no hay plafff) .... ves que Ángela ya ha colocado casi todas las suyas y te mira como diciendo, ¿pero que haces? ¿a que esperas?, vale, las vas colocando muy despacito, mirando, plafff .... vale, la refinitiva, te dan las cartas, ni las miras, levantas la mano, esperas a que Ángela coloque las suyas y cuando ves que lo hace, plaffff, jaja, tu plafff, ¡¡¡ganaste!!! ... trampa, dice Ángela, jaja, estrategia chavala, estrategia .... o no, diste en el montón malo, en el de muchas cartas.

Juan Luis

Sigo con mis vacas, todavía en el camping. Estuvimos como el año pasado en un bungaló, en la sierra, con piscina, y actividades para las niñas ... por eso vamos, para que ellas estén entretenidas y nosotros podamos descansar un poco.. Ya sabéis, terraza y cervezas, Sabina en el cassette, y a “cotillear” a los vecinos, que como nosotros estuvimos mucho tiempo llegamos a ver a unos cuantos; muchos vascos, alguna familia compuesta exclusivamente de mujeres, una clásica de pareja y par de niños ... ¿Os suena la canción Tu Vuò Fa L'Americano? Con ese pegadizo estribillo de “americano, americano” ... pues eso es lo que cantaba a todas horas un niño de enfrente, por la mañana, por la tarde, si nos lo encontrábamos en el bar .... encima a mi se me pegaba. A mi todo esto me recordaba a la película “la ventana indiscreta” ... pero no mataron a nadie .... ¿o si? El caso es que una de las actividades consistió en una noche de terror. Consistía en que reunian a todos los niños, con algún adulto, en la pista de tenis y apagaban todas las luces del camping. Entonces les iban sacaban en grupos para hacer un recorrido de pistas por el camping. La gracia estaba en que iban apareciendo algún que otro cadáver viviente, alguna mujer colgada, algún personaje disfrazado de vete tu a saber que cantaba, incluso algunas niñas fantasmas en camisón que se parecían en los servicios. Yo llevaba a Ángela, Rebeca y dos de mis sobrinas de la mano, y al otro lado de la cadena iba Dana .... os podéis imaginar la de tirones que soportamos Dana y yo. Ha sido una de las experiencias más divertidas que he pasado con Ángela. A mitad de circuito tocó entrar en los servicios, donde las niñas se “aparecían”, y tanto Ángela como Rebeca, su amiga del alma, se negaron a entrar, Ángela porque si, y Rebeca porque, según ella, tenía mucho sueño y quería irse ya. Poco después, y una vez desalojados los servicios a la carrera y a tirones, llegamos a nuestro bungaló y las niñas se lanzaron a los brazos de sus padres, que les esperaban allí, llorando a moco tendido, las niñas, los padres descojonaos del todo. Algunas esa noche durmieron en la cama de sus padres. El caso es que se perdieron el final del recorrido, con malo malísimo y motosierra. Lo que no sé es si hicieron recuento de niños a la mañana siguiente .... Ángela nos dijo un par de días después que le daba pena no haber terminado el circuito porque realmente se lo estaba pasando muy bien.