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Guadalajara, Jalisco. 15 de febrero de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Un equipo de especialistas del Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (Ciatej) trabaja en un proyecto para crear un método de diagnóstico temprano de tuberculosis en personas con diabetes, a fin de mejorar la calidad de vida de este sector de la población.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el doctor Mario Alberto Flores Valdez, director del área de Biotecnología Médica y Farmacéutica del Ciatej, señaló que las investigaciones apuntan a encontrar la presencia de esta enfermedad antes de que se desarrolle.
“Si logramos concretar la identificación de biomarcadores para el diagnóstico temprano, el esquema de tratamiento esperamos que sea más exitoso y evidentemente menos sujeto a complicaciones, mejorando así la calidad de vida de los pacientes”, dijo, a la vez que añadió que cerca de la tercera parte de quienes viven con diabetes en México están en riesgo de contraer tuberculosis.
El proyecto, iniciado en agosto de 2016, se lleva a cabo con más de 4.6 millones de pesos por el Fondo Internacional de Cooperación Científica y Tecnológica (Foncicyt).
Tuberculosis y diabetes en México
La diabetes aqueja a más de cuatro millones de mexicanos y es considerada la primera causa de muerte entre las mujeres y la segunda entre los hombres a nivel nacional, según reporta el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). Acorde con la Federación Mexicana de Diabetes A.C., esta enfermedad representa un gasto de tres mil 430 millones de dólares al año en su atención y complicaciones.
En tanto, datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportan que al menos un tercio de la población mundial vive con tuberculosis en estado de latencia. En México, son detectados alrededor de 15 mil casos nuevos cada año y dos mil muertes por esta enfermedad, según la Secretaría de Salud (SSA).
A pesar de que los protocolos de salud contemplan una vacuna contra la tuberculosis aplicada en la infancia, el prolongado tiempo para detectar la enfermedad —al menos seis y hasta 12 semanas— ha limitado el control de la tuberculosis en el país. Para una persona que padece diabetes mellitus, el riesgo de padecer tuberculosis aumenta en 300 por ciento, según comentó el doctor Flores Valdez.
Alcoholismo, VIH/sida y desnutrición son otros padecimientos que magnifican la probabilidad de desarrollar tuberculosis, dado que el sistema inmune del cuerpo se ve comprometido. En el caso de la coexistencia de diabetes y tuberculosis, el paciente puede presentar nuevos síntomas derivados del tratamiento habitual contra la tuberculosis, como daños renales y hepáticos. Por ejemplo, algunos fármacos utilizados para aliviar la tuberculosis provocan una elevación de la glucosa en la sangre, por lo que la diabetes se agravia.
“Una enfermedad complica la otra. Una persona diabética que tiene tuberculosis es más difícil de tratar porque no responde igual a los antibióticos. Las defensas del diabético son muy diferentes, por lo que la infección suele hacerse más severa”, aseguró el responsable del proyecto.
Un nuevo formato, la meta
El objetivo del equipo, completado por investigadores de la Universidad de Monterrey y de la Universidad de Arizona, en Estados Unidos, es crear un método de diagnóstico con mayor sensibilidad y especificidad del bacilo causante de la enfermedad, el Mycobacterium tuberculosis.
El diagnóstico temprano permitirá dar un tratamiento pronto y probablemente menos prolongado, que tome en cuenta los síntomas de ambos padecimientos. Asimismo, contar con este diagnóstico podría significar un ahorro para el sistema de salud al tener mayor eficiencia y menor prolongación en el tratamiento de tuberculosis en personas con diabetes.
El doctor Jorge Bravo Madrigal, investigador adscrito al área de Biotecnología Médica y Farmacéutica del Ciatej, acotó que aunque el formato de esta prueba aún no está definido, esta podría ser similar a una prueba de embarazo, un ELISA o un Western Blot.
“(El formato) va a depender de cuántos marcadores se logren identificar como útiles. Las pruebas de flujo lateral —como las de embarazo— en las que se deja correr la muestra a través de una tira y aparecen líneas que revelan el resultado podría ser lo más idóneo”, comentó el investigador.
Asimismo, señaló que se privilegiará la sensibilidad y especificidad de la prueba. Otro factor a considerar será su practicidad y capacidad de comercialización, para que la prueba pueda ser utilizada en consultorios o laboratorios pequeños.
La técnica ELISA —ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas— es utilizada mayormente para el diagnóstico del VIH y consiste en la detección de antígenos o anticuerpos característicos de cierta patología. La prueba Western Blot, en tanto, es una técnica analítica para identificar proteínas específicas previamente inmovilizadas en una membrana.
“Esperamos, de tener éxito con este proyecto, poder lograr un diagnóstico en horas. Se trata de colocar la muestra y tener una reacción, pueden ser minutos. Es una disminución considerable en el tiempo”, comentó el investigador.
El método actual
“Las pruebas actuales se dividen en complejidad, algunas son bastante costosas y tardadas”, señaló el doctor Bravo Madrigal. Una de estas es la prueba cutánea de derivado proteico purificado (PPD, por sus siglas en inglés); otra es a través de una expectoración y un cultivo, mismo que tarda de cuatro a ocho semanas. De dar positivo, se realiza una nueva prueba para confirmar la presencia del bacilo, con lo cual el tiempo de espera se duplica.
“Y si todavía queremos saber si la bacteria es farmacorresistente, tardaremos otras dos semanas en averiguarlo con los métodos disponibles en los hospitales de referencia. En total, son aproximadamente tres meses, pero el tratamiento empieza desde que se confirma la tuberculosis”, señaló el doctor Mario Alberto Flores Valdez.
El tiempo del tratamiento va desde los seis meses y puede durar varios años, pero es curable. Sin embargo, en niños y personas con un sistema inmune debilitado, puede mermar la calidad y expectativa de vida.
“Hoy en día no se busca la tuberculosis si no tienes los síntomas: pérdida de peso, sudoración con fiebre, etcétera. Hasta entonces se busca evidencia de que haya infección”, compartió el doctor Flores Valdez, miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el doctor Mario Alberto Flores Valdez, director del área de Biotecnología Médica y Farmacéutica del Ciatej, señaló que las investigaciones apuntan a encontrar la presencia de esta enfermedad antes de que se desarrolle.
“Si logramos concretar la identificación de biomarcadores para el diagnóstico temprano, el esquema de tratamiento esperamos que sea más exitoso y evidentemente menos sujeto a complicaciones, mejorando así la calidad de vida de los pacientes”, dijo, a la vez que añadió que cerca de la tercera parte de quienes viven con diabetes en México están en riesgo de contraer tuberculosis.
El proyecto, iniciado en agosto de 2016, se lleva a cabo con más de 4.6 millones de pesos por el Fondo Internacional de Cooperación Científica y Tecnológica (Foncicyt).
Tuberculosis y diabetes en México
La diabetes aqueja a más de cuatro millones de mexicanos y es considerada la primera causa de muerte entre las mujeres y la segunda entre los hombres a nivel nacional, según reporta el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). Acorde con la Federación Mexicana de Diabetes A.C., esta enfermedad representa un gasto de tres mil 430 millones de dólares al año en su atención y complicaciones.
En tanto, datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportan que al menos un tercio de la población mundial vive con tuberculosis en estado de latencia. En México, son detectados alrededor de 15 mil casos nuevos cada año y dos mil muertes por esta enfermedad, según la Secretaría de Salud (SSA).
A pesar de que los protocolos de salud contemplan una vacuna contra la tuberculosis aplicada en la infancia, el prolongado tiempo para detectar la enfermedad —al menos seis y hasta 12 semanas— ha limitado el control de la tuberculosis en el país. Para una persona que padece diabetes mellitus, el riesgo de padecer tuberculosis aumenta en 300 por ciento, según comentó el doctor Flores Valdez.
Alcoholismo, VIH/sida y desnutrición son otros padecimientos que magnifican la probabilidad de desarrollar tuberculosis, dado que el sistema inmune del cuerpo se ve comprometido. En el caso de la coexistencia de diabetes y tuberculosis, el paciente puede presentar nuevos síntomas derivados del tratamiento habitual contra la tuberculosis, como daños renales y hepáticos. Por ejemplo, algunos fármacos utilizados para aliviar la tuberculosis provocan una elevación de la glucosa en la sangre, por lo que la diabetes se agravia.
“Una enfermedad complica la otra. Una persona diabética que tiene tuberculosis es más difícil de tratar porque no responde igual a los antibióticos. Las defensas del diabético son muy diferentes, por lo que la infección suele hacerse más severa”, aseguró el responsable del proyecto.
Un nuevo formato, la meta
El objetivo del equipo, completado por investigadores de la Universidad de Monterrey y de la Universidad de Arizona, en Estados Unidos, es crear un método de diagnóstico con mayor sensibilidad y especificidad del bacilo causante de la enfermedad, el Mycobacterium tuberculosis.
El diagnóstico temprano permitirá dar un tratamiento pronto y probablemente menos prolongado, que tome en cuenta los síntomas de ambos padecimientos. Asimismo, contar con este diagnóstico podría significar un ahorro para el sistema de salud al tener mayor eficiencia y menor prolongación en el tratamiento de tuberculosis en personas con diabetes.
El doctor Jorge Bravo Madrigal, investigador adscrito al área de Biotecnología Médica y Farmacéutica del Ciatej, acotó que aunque el formato de esta prueba aún no está definido, esta podría ser similar a una prueba de embarazo, un ELISA o un Western Blot.
“(El formato) va a depender de cuántos marcadores se logren identificar como útiles. Las pruebas de flujo lateral —como las de embarazo— en las que se deja correr la muestra a través de una tira y aparecen líneas que revelan el resultado podría ser lo más idóneo”, comentó el investigador.
Asimismo, señaló que se privilegiará la sensibilidad y especificidad de la prueba. Otro factor a considerar será su practicidad y capacidad de comercialización, para que la prueba pueda ser utilizada en consultorios o laboratorios pequeños.
La técnica ELISA —ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas— es utilizada mayormente para el diagnóstico del VIH y consiste en la detección de antígenos o anticuerpos característicos de cierta patología. La prueba Western Blot, en tanto, es una técnica analítica para identificar proteínas específicas previamente inmovilizadas en una membrana.
“Esperamos, de tener éxito con este proyecto, poder lograr un diagnóstico en horas. Se trata de colocar la muestra y tener una reacción, pueden ser minutos. Es una disminución considerable en el tiempo”, comentó el investigador.
El método actual
“Las pruebas actuales se dividen en complejidad, algunas son bastante costosas y tardadas”, señaló el doctor Bravo Madrigal. Una de estas es la prueba cutánea de derivado proteico purificado (PPD, por sus siglas en inglés); otra es a través de una expectoración y un cultivo, mismo que tarda de cuatro a ocho semanas. De dar positivo, se realiza una nueva prueba para confirmar la presencia del bacilo, con lo cual el tiempo de espera se duplica.
“Y si todavía queremos saber si la bacteria es farmacorresistente, tardaremos otras dos semanas en averiguarlo con los métodos disponibles en los hospitales de referencia. En total, son aproximadamente tres meses, pero el tratamiento empieza desde que se confirma la tuberculosis”, señaló el doctor Mario Alberto Flores Valdez.
El tiempo del tratamiento va desde los seis meses y puede durar varios años, pero es curable. Sin embargo, en niños y personas con un sistema inmune debilitado, puede mermar la calidad y expectativa de vida.
“Hoy en día no se busca la tuberculosis si no tienes los síntomas: pérdida de peso, sudoración con fiebre, etcétera. Hasta entonces se busca evidencia de que haya infección”, compartió el doctor Flores Valdez, miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
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